La Terapia Ocupacional (T.O) es, según la definición de la OMS:
«El conjunto de técnicas, métodos y actuaciones que, a través de actividades aplicadas con fines terapéuticos, previene y mantiene la salud, favorece la restauración de la función, suple los déficit invalidantes y valora los supuestos comportamentales y su significación profunda para conseguir la mayor independencia y reinserción posible del individuo en todos sus aspectos: laboral, mental, físico y social».
La terapia ocupacional puede ser beneficiosa en una variedad de situaciones. Aquí hay algunas circunstancias en las que podría considerar llevar a tu hijo a la terapia ocupacional:
1. Lesiones o afecciones físicas: Si ha sufrido una lesión, enfermedad o discapacidad que afecta sus habilidades motoras, coordinación, fuerza o destreza, la terapia ocupacional puede ayudarle a recuperar y mejorar estas habilidades.
2. Si está lidiando con trastornos de salud mental como la depresión, la ansiedad, el trastorno del espectro autista (TEA) u otros trastornos que afectan su funcionamiento diario, la terapia ocupacional puede ayudarle a desarrollar estrategias y habilidades para manejar mejor sus desafíos.
3. Si tienes un hijo que muestra retrasos en el desarrollo físico, emocional o cognitivo, la terapia ocupacional puede ayudar a abordar estas dificultades y promover su desarrollo y autonomía.
4. Rehabilitación después de una cirugía o enfermedad: Si ha pasado por una cirugía o está en proceso de recuperación de una enfermedad grave, la terapia ocupacional puede ser parte integral de su rehabilitación para recuperar habilidades, mejorar su movilidad y readaptarte a sus actividades diarias.
Recuerda que esta lista no es exhaustiva y que cada persona y situación son únicas. Si tienes dudas acerca de si la terapia ocupacional sería beneficiosa para ti, te recomendaría consultar a un profesional de la salud, como un médico o terapeuta ocupacional, quienes podrán evaluar tu situación y brindarte orientación específica.
La terapia ocupacional es muy útil para niños autistas, ya que se enfoca en mejorar sus habilidades y capacidades para participar en las actividades cotidianas. Aquí hay algunos aspectos en los que la terapia ocupacional puede ayudar a los niños autistas:
La terapia ocupacional puede trabajar en el desarrollo de habilidades motoras finas y gruesas. Esto incluye actividades para mejorar la coordinación ojo-mano, la destreza, el equilibrio y la fuerza muscular.
La terapia ocupacional puede ayudar a los niños autistas a desarrollar habilidades de autocuidado, como vestirse, cepillarse los dientes, comer de manera independiente y utilizar el baño. Estas habilidades promueven la independencia y la autonomía.
Muchos niños autistas experimentan dificultades con la integración sensorial, lo que significa que pueden tener dificultad para procesar adecuadamente las sensaciones del entorno. La terapia ocupacional puede utilizar enfoques sensoriales para ayudar a los niños a regular sus respuestas a la estimulación sensorial y mejorar su capacidad para funcionar en diferentes entornos.
La terapia ocupacional puede ayudar a los niños autistas a desarrollar habilidades sociales y de interacción social. Esto puede incluir actividades para practicar el juego cooperativo, el aprendizaje de habilidades de comunicación y la comprensión de las señales sociales.
Muchos niños autistas pueden tener dificultades para planificar y organizar sus actividades diarias. La terapia ocupacional puede ayudarles a desarrollar habilidades de planificación, establecimiento de metas, organización del tiempo y gestión de tareas.
Es importante destacar que la terapia ocupacional para niños autistas es altamente individualizada y se adapta a las necesidades específicas de cada niño. Los terapeutas ocupacionales trabajarán en estrecha colaboración con los padres y otros profesionales de la salud para desarrollar un plan personalizado.
Autora de este artículo: Elena Gómez – Terapeuta ocupacional
